LA DEMOCRACIA DEL AJEDREZ PERUANO

ELECCIONES DEMOCRATICAS EN EL AJEDREZ
La causa principal de la crisis dirigencial del ajedrez nacional, estriba en que la actual Ley del Deporte es simplemente inaplicable para el ajedrez.
La base en que se sustenta que son los clubes de ajedrez, en su mayoría son inexistentes.
He sido testigo de la desaparición de los mejores clubes de ajedrez del país, tuve por ventura conocer, el legendario club de ajedrez de Lima ,celebró su centenario con un gran torneo el año 1975 que se desarrollo en el salón de los azulejos del Club Unión, el club de Lima quedaba en los altos de un local en el jr. de la Unión, el club Peruano lo recuerdo con mucho cariño, allí conquiste mi primer campeonato nacional, quedaba en la Colmena, en el edificio Internacional, el club Atahualpa ubicada en la Av. Tacna, donde me llevaba a practicar el MN José Andrés Pérez, el club San Isidro, patrocinado por don Abraham Kalinskausky; de ellos solo supervive el club Magdalena. La verdad es que eran clubes verdaderos, existían mesas y juegos para competencias, relojes y biblioteca, se hacían torneos y se estudiaba ajedrez. ¿Porqué desaparecieron? Crisis económica, apatía, lo cierto es que fueron historia. La gran masa de ajedrecistas terminó confluyendo en la Plaza Francia, para desarrollar sus habilidades.
Según la actual Ley del deporte la asociación de clubes constituyen una Liga, y las Ligas una Federación. Al no existir clubes y para cumplir la “ley” se buscan clubes de otros deportes extienden un papel donde piden autorización para rama ajedrez, el IPD los reconoce, buscan un delegado, convocan elecciones y así tienen una Liga. Como no existen reales clubes de ajedrez, mediante esta leguleyada, se reeligen indefinidamente. En estas Ligas se basa la Federación en sus elecciones democráticas.
Si hubiese una elección realmente democrática un ajedrecista un voto, difícilmente serian elegidos los actuales dirigentes.
En síntesis la actual Ley solo ha servido para encaramar a seudo dirigentes que en base a la viveza criolla, se aferran a cargos, en la que no representan a la mayoría.